Quería compartir lo que Dios me ha estado enseñando. Al rato y te sirve de algo…
Probablemente ya has aprendido esta lección que yo he durado años en entender y tal vez esto solo sirve de recordatorio para vos, lo cual ya es suficiente. Pero en el caso de que Dios apenas esté revelando cosas referente al tema, mejor detallo mis hallazgos. Es una mezcolanza de temas y lecciones, pero trataré de no hacer un enredo del asunto!
Pregunta: Cómo te sentís con tu lado creativo/propio? Esta es una pregunta que siempre ha pesado mucho en mí… peso intimidante, no de profundidad. Como cualquier otra persona que trata de expresarse por medio del arte, la búsqueda de lo fresco y especialmente de algo característico que te haga accesible y relevante es interminable. Para mí no ha llegado una rápida respuesta. Y peor aún, ha sido motivo de dudas, ansiedad y de inmovilizante temor. Tal vez se me ha complicado por el hecho de que he aprendido a cantar, tocar la guitarra, liderar la adoración e inclusive expandir mi creatividad musical escuchando e imitando a otros artistas. Después de tantos años de imitar, es difícil saber si existe en mí un sonido propio. Peor aún cuando trato de escribir/componer una canción; porque siento que mi gusto musical es superior, por mucho, a mi capacidad de componer. Por ende, 99% de lo que he escrito terminó en un basurero y ahora son ideas esfumadas. Mucha inseguridad plasmada en todo este proceso.
No solo me pasa componiendo, escribiendo o produciendo. Me pasa cuando canto, toco o estoy liderando un grupo a adorar por medio de la música. Mi ser, sumamente crítico conmigo mismo, me dice que: mi voz suena “demasiado lírica”, con el estilo de un joven de 50 años. Que no soy bueno tocando guitarra; simplemente sé rasguear los acordes más simples y sobre utilizados en forma “atiempada” (la mayoría del tiempo). Por lo consiguiente, he invertido mucha energía y tiempo meditando y practicando formas de contrarrestar lo “insípido” de lo q tengo que ofrecer. ¡Mentiras! ¡Puras mentiras que he abrazado y creído por años! Ahora, el tiempo invertido en “practicar” ha dado sus frutos. Pero no me refiero al invertir en mejorar y no conformarse con lo que uno sí hace bien. Sino a la motivación detrás de toda esa inversión. Me refiero a la falta de entendimiento que todo lo que hacemos es ÚNICO; por el simple hecho de que viene de nosotros, ¡seres creados únicos! Y que Dios, creador de todo, sigue trabajando creativamente a través de nosotros.
En la conferencia de WeResound (2012), Bashta y Jason hablaban del hecho que: Si Dios te ha llamado a expresarte por medio de las artes e inclusive dirigir a otros a adorar de esta forma, es porque lo que sale de ti es necesario y valioso para El Reino. El “sonido” que sale de ti tiene su lugar en el mundo y el frenar o tratar de erradicar ese sonido al imitar “otros sonidos” es ¡lo más contraproducente del mundo!
Sí, muy bonita la teoría… pero ¿cómo aplico eso si todavía tengo que lidiar con mis inseguridades que gritan, usualmente, más fuerte que cualquier otra voz? Todavía predomina la sensación que lo que estoy creando no es lo suficientemente bueno. Allí es donde ha chorreado sobre mí la gracia de Dios. Y no lo digo como frase trillada, sino recordando que no merezco los chineos y la forma tan personalizada en que Dios me enseña las cosas.
La historia es larga, fácil, fácil, de unos cuatro a cinco años. Pero para no extenderme mucho, Dios ha permitido llegar a mis oídos los trabajos de gente como: Crowder, Brewster, Riddle, Mayer, Mraz, y más recientemente: Needham, Strumpel, Bashta, el disco de Güngör (Ghost Upon The Earth), y el que terminó de explotarme la cabeza: Josh Garrels. Esta gente ha entendido que el sonido que sale de ellos es necesario que se esparzan por los aires. Esas ondas han hecho vibrar muchos corazones de una forma u otra. Mi punto con esto es que Dios nos ha dado ejemplos tangibles tanto en la Biblia (i.e. Gedeón, David, Abraham, y el sumo: Jesús) y también con el arte, de gente que se creyó que tienen un propósito para estar vivos y su aporte al mundo es tan necesario como valioso.
Sé que es probable que esta conclusión no aplique para la mayoría de las personas, pero se me vino una frase a la mente: Ultimately, all the music has already been written/created. All we are doing is spreading the light by grabbing the pieces we like and putting them together to create our own sound. (Al final de cuentas, toda la música ha sido escrita/creada. Lo único que estamos haciendo es esparciendo la luz al agarrar las piezas que nos gustan, poniéndolas juntas y creando nuestro propio sonido.)
La razón por la cual siento que esta frase cala profundo en mi ser, trayendo libertad, es porque siempre he tenido la presión de todo lo increíblemente bueno que ya existe y “las voces” que me dicen que tengo que superar lo existente para ser relevante. Esta perspectiva me dice: No te preocupés por lo que existe, ni por lo que la industria o las masas quieren. Dios, creador de la música no puede ser superado pero si ha creado un campo de juego infinito para que Su luz sea esparcida por medio de este medio. No le prestés atención a las voces de inseguridad. Porque lo que te suena bien a vos es lo que te hace único. Busca profundo en tu ser para encontrar ese sonido que Dios ha implantado en ti. Y entre más apegado seas a eso, creatividad fluirá y permanecerá (ya no se convertirá en ideas esfumadas) dándole a la gente, que estas intentando impactar, algo que nunca han escuchado o podrán escuchar de otra persona.
¡Porque Dios te he hecho ÚNICO, CREATIVO Y RELEVANTE!
Mi oración es que podamos (con humildad) creer, que por medio de la redención y restauración que Dios nos regaló por medio de Jesús, estamos capacitados para reflejar Su gloria; Su gran esplendor. Y que la única forma de brillar a nuestra máxima capacidad es confiando en lo que Dios hizo al crearnos; que en todas las áreas donde vemos nuestras deficiencias, nos ha llenado de si mismo, dándonos la oportunidad de brillar para El y motivar a otros a hacer lo mismo.